Adaptarse o morir, es la regla en el mundo de los negocios y el comercio electrónico es la máxima expresión actualmente de esta directriz. En este sentido, el e-commerce tiene un enemigo cada vez más débil, aunque inmortal, el tiempo.
La principal desventaja de las compras online está en la espera que el comprador debe realizar, mientras que en cualquier tienda promocional sale del establecimiento con su compra en la mano.
Portales como Amazon y empresas como El Corte Inglés, intentan paliar la situación mediante servicios exclusivos, que permiten contar con el pedido el mismo día en que se solicita. Supone una ventaja adicional con respecto a la competencia, que poco a poco se va sumando a la tendencia.
Zara y los envíos en Madrid
La última marca en hacerlo ha sido nada menos que Zara. Aunque todavía está limitado a la ciudad de Madrid, el servicio es bastante atractivo. Cualquier compra realizada antes de las 14:00 horas puede ser recibida en el domicilio del usuario ese mismo día.
Hay dos inconvenientes que, presumiblemente, se irán mejorando con el tiempo. El primero de ellos es que este servicio está exclusivamente de lunes a viernes, algo paradójico cuando los fines de semana es cuando más compras se realizan.
Por otra parte, solicitar este servicio de envío rápido implica un sobrecoste de 5,95 euros, algo excesivo teniendo en cuenta la media de importe de sus productos y que el beneficio no supera demasiado el servicio estándar.
Pero lo cierto es que este servicio estándar también ha sido mejorado. A partir de ahora, las compras en Zara online, superiores a 30 euros y realizadas antes de las 21:00 horas, tardarán 24 horas en recibirlas.
La evolución geolocalizada del comercio electrónico
El e-commerce se dirige hacia el estado idealizado de comercialización, la compra inmediata sin apenas espera para el usuario. Lejos quedan esos pedidos que tardaban semanas en llegar hasta el domicilio del comprador.
Sin embargo, si las tiendas online quieren asemejarse a la comida a domicilio, tal y como parecen reflejar con este tipo de campañas, necesitan algo inevitable para conseguirlo, la ubicación presencial de locales de distribución.
De momento lo están intentando mediante la utilización de grandes almacenes con stock suficiente para hacer frente a pedidos dentro de una ciudad, como el reciente lanzamiento de Zara en Madrid. Sin embargo, el futuro podría pasar por una expansión de estos grandes almacenes o la apertura continuada de pequeños locales que sirvan de red nacional de distribuidores.
Lo que es seguro es que la tendencia va hacia una distribución inmediata del pedido y tanto Zara como las demás empresas, necesitarán establecimientos desde donde servirlos.