El pasado 23 de septiembre, el sector turístico mundial sufría una sacudida sin precedentes. El segundo turoperador más importante a nivel internacional, Thomas Cook, que también era el más antiguo con más de 100 años de experiencia, anunciaba su quiebra.
Ni siquiera planteó medidas de contención para los turistas ya de vacaciones y en otros países, por lo que dejó los Gobiernos y a los propios afectados la responsabilidad de buscar la manera de volver a sus hogares y de intentar recuperar el dinero invertido si no iban a poder disfrutarlo.
Cadenas de hoteles, aerolíneas, medios de transporte para transbordos… La lista de empresas afectadas es interminable, la de usuarios es todavía mucho más imponente. Por ese motivo, los Gobiernos han decidido tomar cartas en el asunto, con partidas presupuestarias diversas.
El Gobierno de España destina 300 millones de euros
Hasta 13 medidas de choque se plantea afrontar el Gobierno de España, con una partida total de 300 millones de euros.
Las medidas se dirigen principalmente a cuatro objetivos. Por un lado mejorar las conexiones que Thomas Cook ya no va a operar, para lo que rebajará o incluso eliminará temporalmente algunas de las tasas, con el fin de abaratar el servicio.
El segundo objetivo que se plantea en estas medidas es compensar a todos los profesionales afectados por la quiebra, tanto empresas como profesionales autónomos.
Hay que tener en cuenta que Thomas Cook pagaba las facturas meses después del servicio, por lo que a pesar de haberlo ofrecido por parte de algunas compañías y profesionales, el dinero desde la empresa nunca les llegará tras el anuncio de quiebra. El Gobierno de España intentará minimizar todo lo posible las consecuencias económicas de esta situación.
En tercer lugar, se buscará cómo ayudar a todos los profesionales en España afectados por la quiebra. Se calcula que 3.400 empleados se quedan sin trabajo. Las partidas económicas irán destinadas a la formalización de contratos fijos discontinuos o a que las empresas mantengan los contratos a cambio del pago de cotizaciones y otros impuestos.
El cuarto objetivo principal es reincentivar el turismo, sobre todo a las zonas de islas Baleares y Canarias, que es donde más se han visto afectadas. Esta crisis llega justo cuando el turismo mundial está en auge y España tiene que acometer duras estrategias, para mantenerse en la segunda posición mundial, ante una oferta creciente de países competidores en el sector.