Cuando se plantea el rendimiento de una empresa, se valora la cantidad de empleados, su responsabilidad en cada puesto y el tiempo que se tiene disponible respecto a la jornada laboral.
En todo ello hay una variable a tener en cuenta, si queremos realmente medir y aprovechar la efectividad empresarial, la relativa a las bajas y ausencias de personal, es decir, aquellos días en los que algunos empleados no estarán en la empresa.
Motivos de una baja o ausencia
Las razones por las que un profesional puede ausentarse del trabajo son varias. Las vacaciones, días festivos que afectan a la empresa, cierre forzado de la misma durante cierta época del año, enfermedad propia o de familiares e, incluso, días propios de asuntos personales.
Cada empresa y cada contrato, especificarán la permisividad en cada caso, pero lo cierto es que esta variable debe tenerse en cuenta, no solo para medir la rentabilidad empresarial, sino también para evitar una caída de la producción en estas situaciones.
Evitar el solapamiento de ausencias profesionales
Uno de los objetivos más importantes de la gestión de ausencias y bajas, consiste en evitar el solapamiento. Este fenómeno se da cuando dos o más profesionales coinciden en sus vacaciones, impidiendo ofrecer un óptimo servicio o desarrollo de algún proyecto.
Una empresa que no produzca durante determinado periodo de tiempo, implica pérdida de ingresos y, por tanto, también de beneficios
Para ello hay dos estrategias posibles. Una es la imposibilidad de solapamiento mediante una óptima gestión de ausencias y bajas. Otra consiste en la programación de servicio, de manera que aún con los responsables ausentes al mismo tiempo, todo esté preparado para un rendimiento perfecto.
Evitar asignación de tareas que no cumplirán plazo o servicio
La previsión es uno de los elementos más importantes en la gestión de ausencias y bajas. Si sabemos que algún empleado va a irse de vacaciones o, quizás, tenga que ausentarse unos días por tratamiento de salud, operación o intervención médica, podremos planificar mejor las tareas.
Si asignamos responsabilidades, proyectos y trabajos sin gestionar estas ausencias, en el caso de que se den vamos a incumplir plazos de entrega, en consecuencia tendremos un problema con nuestros clientes, distribuidores, proveedores, etc. Si tenemos ausencias previstas (obviamente no cuentan las imprevistas), esta gestión puede permitirnos ofrecer plazos de entrega y desarrollo reales con los que trabajar.
