Uno de los mayores incentivos a la rentabilidad en una compañía, es la de motivar la integración de los trabajadores como parte activa de la misma. Obviamente, los empleados son una parte imprescindible en cualquier tipo de empresa. Pero no siempre es visto de la misma forma, ni por los responsables de ella, ni por los propios trabajadores.
Por ese motivo, hay diferentes estrategias que pueden aplicarse para conseguir este efecto emocional en los empleados, que además permitirá contar con un trabajo mejor hecho, más comprometido y con mayor rentabilidad en cada acción.
Motivar la formación continua
La formación profesional de los trabajadores es actualmente mucho más económica y sencilla, gracias al aprovechamiento de las nuevas tecnologías y, sobre todo, a la formación online.
Con ella conseguimos mejorar el conocimiento en cada área profesional de los trabajadores, además también de abrir la posibilidad a nuevas líneas de negocio y, sobre todo, mejorar la competitividad de la empresa.
Incrementar responsabilidades en proyectos
Es importante que los empleados no se sientan estancados. Para ello una de las estrategias que está demostrando mayor efectividad es la asignación progresiva de responsabilidades en cada proyecto del que forman parte.
De esta forma, los empleados pueden ir adoptando responsabilidades, desde una participación inicial mínima, hasta la propia dirección de un nuevo proyecto, trabajo o departamento. Con esta estrategia, los trabajadores se sienten cada vez una parte más importante de la infraestructura de la empresa, lo que al mismo tiempo les motiva a responsabilizarse por su parte para que todo se haga en base a los objetivos de la compañía.
Hacerle partícipe de la evolución del negocio
Es lógico que la empresa y que las estrategias comerciales evolucionen con el tiempo. Lo importante y también más recomendable es hacer partícipe a los empleados de esta evolución.
Si los trabajadores son los participantes de esta evolución, ellos mismos pueden identificar las mejoras que se obtienen con ella y se sienten parte integrante de la misma.
Por ejemplo, un cambio en la metodología de venta al cliente, puede ser mejor adoptada si los trabajadores participan en las decisiones sobre esta nueva estrategia y la aplican ellos mismos. Pueden analizar los resultados obtenidos y sentirse protagonistas de esta nueva estrategia.
Repartir beneficios entre la plantilla
Toda compañía tiene objetivos comerciales respecto a ingresos y beneficios. Obviamente una buena trayectoria permite superar estos objetivos. Si identificamos límites de crecimiento, podemos ofrecer repartos de beneficios a la plantilla.
Esta estrategia es adoptada por grandes multinacionales en todo el mundo y cada vez se extiende como una práctica más rentable, dado que los propios empleados siguen ofreciendo lo mejor de ellos mismos a nivel profesional, con el fin de que al siguiente año se vuelvan a superar estos objetivos y, de esta forma, volver a disfrutar de los frutos de la rentabilidad.
