Nuestra empresa necesita ideas creativas. Buscamos el apoyo de la plantilla y los mandos intermedios y, a menudo, las soluciones originales escasean.
¿Existe alguna forma de impulsar esas ideas creativas? Que nadie espere resultados espectaculares de la noche a la mañana, pero sí que podemos intentar desarrollar algunos hábitos saludables que ayuden a acercarse a este objetivo.
Recuperar el uso del papel para pensar por parte del equipo
El primer hábito recomendable es que, si tiene que dedicar un tiempo a pensar, el equipo abandone el ordenador y plasme sus ideas de forma esquemática en un papel. Realizar esta actividad y hacer el ejercicio de “pensar en voz alta” ayudará a asentar las ideas.
Además, normalmente utilizamos el ordenador, e incluso el móvil, para casi todas las cosas. Hacer el cambio por el papel en esos momentos puntuales ayuda a cambiar de ambiente y a la concentración.
Dejar reposar los grandes hallazgos durante un mes
Si a lo largo de una sesión de brainstorming surgen una o varias ideas que parecen aprovechables, antes de tomar una decisión o de llevarla a la práctica es recomendable dejarla reposar durante al menos un mes. Así podremos tomar distancia a la idea y verla con sentido crítico después de pasado un tiempo prudencial.
Fomentar la multidisciplinariedad entre los miembros del equipo
Aunque cada uno sea responsable de una parcela, es preciso intercambiar ideas, sobre todo cuando nos encontramos estancados en algún punto, ya sea entre socios de una empresa o entre miembros de un equipo de trabajo o de empleados de diferentes secciones. Esto permite descubrir nuevas perspectivas sobre los problemas y su solución. Y también utilizar el sentido crítico acerca del trabajo de otros.
Fomentar el intercambio de consejos entre diferentes miembros de la plantilla
Cada uno, según de qué campo procede, tiene una forma de ver la vida y de afrontar el trabajo y los problemas. No es lo mismo un diseñador que un comercial, un perfil administrativo o un responsable de marketing. Por eso, puede resultar enriquecedor que un compañero que procede de otro ámbito pueda aportar su opinión sobre cómo dar solución a una determinada tarea o un problema concreto. Puede que de este intercambio no salga realmente nada aprovechable, pero se pueden realizar grandes descubrimientos, aplicar otras metodologías y otros enfoques, y de paso, fortalecer el trabajo en equipo en el seno de la empresa.
