Disney ha vuelto a superar una nueva fase en el camino hacia la compra definitiva de FOX. Hasta ahora no contaba con algo muy básico de forma oficial, el apoyo de los accionistas.
Uno de los principales problemas que tenía la empresa era la presión de Comcast para sumarse a la compra. A pesar de que al final se ha retirado por la puja, lo cierto es que ha supuesto que Disney tenga que incrementar considerablemente su inversión hasta los 71.300 millones de dólares.
Los accionistas dan el visto bueno
En la última junta de accionistas, los responsables de todo el valor económico de FOX han apoyado la compra por parte de Disney. De esta forma el grupo empresarial de Rupert Murdoch se queda con mucha menor cuota de mercado en el entretenimiento digital, pero conseguirá un volumen de liquidez mucho mayor del que esperaba.
Sin embargo, este no es el último paso que hay que dar para que la compra se haga efectiva. Por un lado, la adquisición implica para Disney tener que desprenderse de parte de sus activos en el sector deportivo, con el fin de no entrar en términos de monopolio.
Por otro lado, aún debe darse el visto bueno desde el punto de vista de los reguladores procedentes de varios países, allí donde sus cadenas tienen presencia.
Por tanto, Disney tiene ante sí toda la aprobación por parte de los responsables estadounidenses. Falta ahora que realice los pasos que se le han solicitado para una compra que respete la libertad comercial en el sector del entretenimiento audiovisual deportivo, así como también que desde otros países también se le dé el visto bueno. Pese a las muchas fases que puede implicar, se considera que la compra está definitivamente aprobada.
La jugada comercial de Comcast
Aunque aparentemente Comcast ha sido la gran perdedora en esta puja por los activos de Murdoch, en realidad muchos consideran que ha sido una estrategia de gran éxito.
La compañía estadounidense está interesada en la adquisición de varias empresas además de FOX, que curiosamente Murdoch posee en pequeños porcentajes de acciones. Estas propiedades van a pasar en la operación de fusión directamente a responsabilidad de Disney. Sin embargo, la empresa está mucho menos fortalecida económicamente, por la suma considerable que ha debido desembolsar o comprometer para la compra de FOX. De esta manera Comcast tiene todo de cara para proseguir con sus inversiones, sin que Murdoch ni los responsables de Disney le pongan demasiados impedimentos.