Amazon sigue intentando ampliar sus sectores comerciales, esta vez fijándose en la venta de entradas, uno de los que mayor rentabilidad ofrecen en el mercado. No es la primera vez que Amazon busca un hueco en este sector, pero sí la que lo hace con más fuerza que nunca para competir con la empresa más importante en Estados Unidos, Ticketmaster.
Lo cierto es que Ticketmaster tiene una posición de casi monopolio respecto a la venta de entradas, sobre todo en lo referente a los mejores sitios de eventos importantes. Amazon quiere entrar en la lucha, confiando que su falta de antigüedad está sobradamente contrarrestada con una de las mejores bases de datos de clientes del mundo.
Si Amazon no está vendiendo ya entradas a los millones de usuarios de Estados Unidos, se debe precisamente por la disputa de los derechos sobre esa base de datos, dado que Amazon quiere mantener su dominio sobre ellos en exclusiva, algo que parece no estar siendo precisamente una facilidad en el acuerdo.
Sin embargo, Amazon una vez más tiene las de ganar. Ya lo hizo con los drones, tras tener que ejercer presión para que las autoridades aéreas le dieran permiso de pruebas. Ahora no necesita acudir a instancias tan grandes, sino simplemente a los proveedores de entradas.
El mercado de la venta de entradas está muy extendido tanto a nivel online como presencial. Sin embargo, la relación entre precios y demanda está muy lejos del equilibrio óptimo. Las dos partes están descontentas. Los usuarios argumentan un abusivo precio en casi todas las entradas de eventos de diferente tipo. Los proveedores se quejan de una escasa demanda, por lo que no pueden bajar los precios.
Amazon podría mejorar esta situación, consiguiendo nuevos millones de clientes potenciales para estas entradas y rebajando el precio final, precisamente por el supuesto incremento de la demanda.
De momento, esta situación o similar ya se vivió hace algún tiempo en Reino Unido. En la actualidad, tanto Amazon como Ticketmaster conviven en armonía comercial, si bien es cierto que en este país el sector no se mueve tanto ni con tanta agresividad como en Estados Unidos.